XIV (Primavera)

¿Qué nos queda luego de este gran incendio?


¿Luego de que todo ha sido arrasado?


Nos queda la tierra,
henchida de fertilidad.


Luego del  forzado invierno
que las voraces llamas imponen,
llegará una coqueta primavera.

Insolentes los brotes
incontrolables y ebrios
burlarán la muerte
y a sus heraldos.

Estallarán en llamas
reventando sus capuchas,
plétoricos de estío.

Preñados de futuro,
parirán colores
incadescentes
en las esquinas.

Y con dulces pechos
llenos de miel,
alimentarán generaciones completas
por venir.

La sangre fría

Hemos resistido el hielo
que todo abrasa,
que todo lo quema.

La gélida soledad
ha devuelto el eco
de nuestra voz.

En este hielo, hemos visto
nuestro desnudo reflejo.

Así,
hemos aprendido a resistir
y a danzar.

¡Livianos y despreocupados!
¡Inocentes y terribles!

- Nos hemos vuelto
fríos y dañinos-

¿Será ya tiempo de arrasar
con violencia
esta yerma tierra?
(cual ternura que prepara la siembra)

¿Será tiempo de derramar
los espesos fluídos?
(amputar, desbrozar, decapitar...)
  
¿Será propicio momento
para esta ajada piel abandonar?