Hemos resistido el hielo
que todo abrasa,
que todo lo quema.
La gélida soledad
ha devuelto el eco
de nuestra voz.
En este hielo, hemos visto
nuestro desnudo reflejo.
Así,
hemos aprendido a resistir
y a danzar.
¡Livianos y despreocupados!
¡Inocentes y terribles!
- Nos hemos vuelto
fríos y dañinos-
¿Será ya tiempo de arrasar
con violencia
esta yerma tierra?
(cual ternura que prepara la siembra)
¿Será tiempo de derramar
los espesos fluídos?
(amputar, desbrozar, decapitar...)
¿Será propicio momento
para esta ajada piel abandonar?
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