jueves, 5 de julio de 2007

Como lo dijo sabiamente Monk


Siguen las mismas voces y las mismas masticaciones eternas en relación a la vida, sus cototos y protuberancias. La H que falta antes de cada palabra, que acaso me persigue con su silencio…y dale con lo mismo!.
No. Me refiero a que cada vez que pienso en escribir a un imaginario personaje allá afuera en la noche de la incognicidad virtual sombras negras e indefinidas se abalanzan sobre mis letras sobre mi conciencia expresada en letras o sea mis letras que diferentes son a mi conciencia pero bueno ahora nos entendemos y ya que estamos en esto me gustaría recordarte que no me has visitado de pronto te vuelvo a encontrar sobre una hoja que va cayendo al suelo y recuerdo te había olvidado retomo lápiz y papel y te saludo con esta tinta indeleble que es el sonido de mi voz penetrando en tus oídos porque recuerdas mi voz cierto yo recuerdo como suena la tuya solo de vez en cuando sobretodo de noche y en el viento cuando se agolpa atropelladamente en la ventana pero estábamos hablando acerca de la incognicidad y las sombras ya que en ellas una silueta me saluda siempre desde lejos invitándome a que la dibuje no es acaso esto la literatura un dibujo la conciencia trazando con lápices de sonido que siguen resonando y que repites una y mil veces hasta que el sentido se pierde un día completamente de estos voy a levantarme más temprano un día voy a escribir uno de estos voy a verte caer recortando el cielo en tu final trazarte como dijo sabiamente monk en ese tema de la medianoche te acuerdas en fin todo ello parece a veces irremediable pero no te olvides que yo también en la noche y entre sombras y a la distancia espero me dibujes y me hagas hablar y me visites con sonidos y diversos colores a ver si fracturamos la monótona voz de maya que susurra esta realidad como infranqueable e inevitable a ver si eludimos los mismos viejos mecanismos de control de la verdad y mentimos un poco por diversión a ver si el mundo explota de una buena vez y comienza la vida mas allá del mundo mismo acá en tus letras en las mías pero bueno sabes que para ello debiéramos ostentar algún galón de oro de tierras extranjeras o estar en secreta connivencia con el duende que nos desliza sus venias sólo de vez en vez y de tanto en tan poco, más bien.

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